Obama: el objetivo de Israel en Gaza

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se tiene que creer que todo el mundo salvo los israelíes somos auténticos gilipollas. A lo mejor no se equivoca, porque eso de que estén tomando el pelo continuamente a la Comunidad Internacional ha tenido que crear una especie de aura de superioridad al estado israelí.

Se ha despachado a gusto asegurando que el ataque e invasión de Gaza «eran inevitables», casi tan inevitables como incumplir las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, supongo. Los sesudos analistas empiezan a hablar de que si Hamas torpedea en la frontera, que si patatín que si patatán… Y yo pienso que verdaderamente nos estamos volviendo locos o qué. ¿A nadie se le ha ocurrido mirar el calendario? ¿Es coincidencia que en unos días vaya a entrar a presidir Estados Unidos un negro que se llama ‘Barack Hussein’?

El conflicto palestino-israelí ha sido siempre el coño de la Bernarda, todo lo de Israel entra, pues saben a ciencia cierta que cuando llegue el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Estados Unidos siempre, absolutamente siempre, ha vetado cualquier resolución que perjudicara al estado hebreo. Lo que equivale a dejar a los palestinos en situación precaria. Todo ello con el amparo de esos medios de comunicación ejemplares, sí, los mismos que denominan «terroristas» a la gente de Al-Fatah, Hamas o Hizbulá y menciona como «separatistas» a los etarras. Señores míos del New York Times, del Washintong Post y demás, los de ETA sí son verdaderos terroristas, el estado español, por ejemplo, no corta los suministros a los paisanos del País Vasco, y este territorio cuenta con una legislación mucho más ventajosa que el resto de comunidades autónomas del país (salvo, quizás, Navarro o Cataluña).

Eso no ocurre, ni remotamente, en Palestina, con lo que, siguiendo la lógica denominativa del New York Times, los de Hamás deberían ser nombrados (si los etarras son «separatistas») algo así como «luchadores heroícos por la voluntad y la liberación del oprimido pueblo palestino». Evidentemente, no es así… Son sólo «terroristas» (que accedieron al poder en unas elecciones democráticas en las que se probó que no hubo «pucherazo»; todo hay que decirlo, también Hitler accedió al gobierno de manera similar).

Los israelíes básicamente, con esta nueva demostración de fuerza, parece que quieren advertir al presidente electo de que hay cosas que no deben cambiar. La política estadounidense en Oriente Medio, sobre todo. Veremos si las expectativas que ha generado Obama se cumplen y es capaz de intervenir en el conflicto palestino-israelí con un poco de más equidad que sus predecesores en el cargo. De un anormal como Bush, no se podía esperar nada. De Obama, sí se puede esperar, por primera vez desde 1948, una actuación diferente. El riesgo de decepción es directamente proporcional a las ilusiones generadas.

En este aspecto soy poco optimista: al final, el lobby judío castrará los planteamientos iniciales de Obama e Israel seguirá con su particular y permanente humillación del pueblo palestino. Es una pena que ya ni siquiera Simon Peres sirva como referencia política para el cambio en el estado hebreo, y es terrible que en Palestina ni siquiera se den las condiciones para que surja una figura política que, al menos, intenta plantear un cambio en es status quo de las relaciones con Israel. Quizás Obama tenga que empezar por ahí: crear, inventarse, potenciar unas figuras de referencias (unos nuevos Rabin y Arafat) y dar pie a un estado llamado Palestina que sea reconocido de manera inmediata por la Comunidad Internacional, un territorio que no sea un queso gruyer con cientos de colonias de otro país, que cuenten además con la protección de un ejército invasor…

A lo peor, resulta que al final a nadie le interesa que haya paz en ese territorio del mundo… Ni a Israel, ni al extremismo islámico, ni a la industria armamentística, ni a la OPEP, ni a los medios de comunicación, ni a la madre que los parió a todos  juntos. «Tristes guerras / si no es amor la empresa. / Tristes, tristes.»

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4 respuestas to “Obama: el objetivo de Israel en Gaza”

  1. mai Says:

    Pues yo creo que en este mundo tan complicado y con tanta historia, pocos conflictos (por no decir ninguno, por si acaso) hay con buenos y malos demasiado claros, sino situaciones con agresiones mutuas continuas, seguramente de distintas proporciones, con distintos matices morales, pero donde no es fácil saber qué fue antes, el huevo o la gallina. Y además poco importa saber quién empezó, sino cómo lo van a solucionar.

  2. msantaella Says:

    @mai En el conflicto palestino-israelí no creo que sea una cuestión de buenos y malos, sino una cuestión de desproporción absoluta, reflejada en la imagen tan simbólica como real de los niños palestinos tirando piedras contra los tanques Merkava. Y encima con el amparo absoluto de los EE.UU. Así, lógicamente, sólo se puede cultivar más odio entre las dos poblaciones; peor todavía en el caso palestino, que ante tantos ataques selectivo-arbitrarios, se ve difícil que pueda surgir un líder que diga «vamos a solucionar pacíficamente nuestros problemas con Israel». Así, jamás podrá gozar del respaldo de la población. Antes de poder sentarse a negociar con Israel, Arafat tuvo que pasar por ser el uno de los hombres más odiados de Occidente, por delante de los Castro, Hussein y casi a la misma altura de Jomeini. ¿Cómo puede encontrar Palestina ese líder que sea un lazo entre Occidente, Israel y su propio pueblo?

  3. Carlos V Says:

    VIERNES 9 DE ENERO DE 2009
    Lenguaje perverso
    Rabia, vergüenza, indignante… son palabras que me vienen a la mente al ver las imágenes del conflicto entre Israel y Palestina. Sentimientos contradictorios pues siempre he tenido especial consideración con el pueblo judío por las reiteradas injusticias sufridas desde tiempos inmemoriales. En toda época y civilización los exiliados judíos han sido el chivo expiatorio sobre el que recaían matanzas, represiones y persecuciones. Con los ejemplos de la expulsión por parte de los Reyes Católicos y el Holocausto sobran.

    Y por ello me resulta complicado y difícil de asumir su actitud ante los bombardeos indiscriminados sobre un pueblo palestino que lleva décadas en una decadencia progresiva desde la creación del Estado de Israel.

    Según un amigo que reside en EEUU, la prensa y los políticos europeos (sobre todo la izquierda) es pro-palestina. Lleva bastante razón en ello, pero no es menos apuntar que los estadounidenses (los gobiernos, no sus habitantes) son pro-israelíes gracias a la influencia del lobby judío.

    A lo largo de la Historia los judíos siempre anhelaron el fin de la diáspora y la vuelta a su tierra. La comunidad internacional y en mayor medida los palestinos, deben ser conscientes que Israel nunca perderá una guerra. No lo puede permitir más que nada porque la derrota supondría su desaparición como estado. Eso, gracias a la “cortesía” de poseer armas nucleares parece ser que no es muy probable.

    Que se acaben las matanzas de civiles palestinos por bombardeos indiscriminados y el fin del lanzamiento de misiles de Hamás sobre Israel sería la solución, pero se trataría de algo momentáneo, pues ni los milicianos podrían sobrevivir en Gaza sin camuflarse entre la población civil ni los radicales palestinos piensan darse por vencidos con sus ataques terroristas a Israel.

    Israel no quiere aniquilar Palestina. O al menos no lo quiere aún. No es por causas humanitarias ni nada similar. Sencillamente, le conviene tener una masa domesticada de “borregos” serviles con los que suministrar de mano de obra barata sus industrias. Cientos de miles de palestinos hacinados entre muros de hormigón sin ningún otro futuro que el exilio.

    Los palestinos son incapaces de ver más allá de la venganza (bien alimentada por Israel con sus matanzas) y ser conscientes que su papel en esta lucha es el de derrotado. Son un títere en manos de un Estado judío que apoya a Hamás o Al-Fatah según le conviene para que continúe eternamente la guerra civil palestina. No vale la pena morir de pie como decía el Che Guevara; o se resignan a vivir arrodillados o Palestina desaparecerá. Con la venia de los ineficientes organismos internacionales.

    La desproporción de muertos entre un bando y el otro (en el momento de escribir esto, 5 o 6 soldados israelíes por unos 700 palestinos, un centenar de niños incluido) deja la ley del Talión en simple anécdota. Que Israel recurra al término “en defensa propia” no es sino caer en lo más vil. Otra perversión del lenguaje como daños colaterales, “fuego amigo” o sencillamente, Ministerio de Defensa.

  4. msantaella Says:

    @Carlos V Completamente de acuerdo con tu reflexión. Mientras el estado israelí cuente con el apoyo incondicional de los Estados Unidos poco futuro tiene Palestina y seguiremos hablando de «terroristas palestinos» y «ataques defensivos selectivos israelíes». Eso sí, la proporción mínima de 20 a 1 parece que no va a bajar nunca.

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