Está claro que a los españoles el frío nos hiela las ideas, lo cual se convierte en algo casi trágico para aquellos que tienen el cerebro congelado la mayor parte del año. Por supuesto, los políticos están en el top de los afectados por esta ola de frío siberiano (que rima con ano).
A mi pobre Magdalena Álvarez le están dando una estopa impresionante, como era de prever. No sé qué haría Zapatero sin esta luchadora mujer, pues es prácticamente la única que le quita carga mediática de encima. Todo el mundo podría mirar al Ministerio del Interior, pero Rubalcaba está en la cima, es un hombre que parece tener el respeto (o el miedo) de la mayor parte de los medios. A Magdalena, como viene del Sur, la tienen por una ignorante tonta del culo, sobre todo entre la gente imbécil que tiene subida una prepotencia extraña por haber nacido en Madrid o en alguna parte del norte de la Península.
Rajoy, en su papel, ha pedido la dimisión de Magdalena, otra vez. «¡Ay, Mariano, Mariano (que rima también con ano)/ que culpa tiene la ministra del frío siberiano!» Si la ministra ha liquidado el Plan Galicia, y tú eres gallego, en favor de otras operaciones, puesto que el Presupuesto de Fomento por muy alto que sea no es infinito, sé objetivo: ¿Qué es más importante la conexión Madrid-Andalucía o Madrid-Galicia? ¿Qué es más importante enlazar un servicio entre la capital y una comunidad de más de ocho millones de habitantes o de una de menos de tres? Las cifras están ahí. Pero, claro, como tienes ese deje de «Andalucía, ese provincia de paletos» te cuesta asumir según qué cosas. Y que conste que yo, como andaluz, cuando veo a Chaves y a Zarrías y el Canal Sur muchas veces me entran ganas de vomitar, pero inclusive así, siendo justos e imparciales, hay cosas que son más que lógicas.
Y hay otras que no tienen ningún sentido. ¿Cuántas veces ha sufrido España una ola de frío como la que estamos teniendo ahora que Madrid parece Helsinki? ¿Cada cuánto tiempo ocurre? Por dios, nos hemos vuelto tarumbas: ¿quién coño puede poner los medios de previsión para un aspecto meteorológico que se da una vez cada 25 ó 30 años? Lo vuelvo a repetir hay que ser muy gilipollas o muy hipócrita para hablar de falta de previsión. Si el Instituto de Meteorología dice que va a helar como nunca de aquí a 15 días, es absolutamente imposible para una nación que estructuralmente no está preparada para eso organizar todo en 15 días. Es una cuestión de lógica y de logística. Estoy convencido de que si en Suecia pasara una oleada de Terral, fresquito, fresquito, con sus 40ºC también las pasarían putas (o a lo mejor todos se tiraban en pelotas a la calle, ¡yuju, viva Suecia!).
Una vez que estamos inmersos en este caos coyuntural, lo único que se puede hacer es salir de esta ocasión de la mejor manera posible y aprovechar la experiencia. Después, como todos sabemos, si se pone en marcha un plan para este tipo de situaciones que se dan cada X o muchosX años, se quejarán diciendo que es una burrada gastarse tantos millones de euros para algo que ocurre de higo a breva… ¡Qué se le va a hacer: es que somos así!
Pero si hay alguna persona afectada, esta ha sido la diputada del PP Montserrat Nebrera, la arpía anormal que ha dicho textualmente sobre la ministra Álvarez: «Tiene un acento que parece un chiste» (http://www.elpais.com/audios/espana/Montserrat/Nebrera/Magdalena/Alvarez/Tiene/acento/parece/chiste/elpaudnac/20090110csrcsrnac_1/Aes/; http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/10/espana/1231600367.html). Es curioso esta extremada falta de respeto por parte de una señora catalana cuando en Cataluña siempre se está pidiendo respeto en las cuestiones lingüísticas e idiomáticas. Roza la vulgaridad que haya podido cebarse de esa manera con los andaluces, porque si escuchas las declaraciones no se trata de que insulte a la persona en cuestión, sino que generaliza… ¡Ole tu coño! Señora Nebrera, usted sí que tiene un problema real de comunicación (entre otras cosas).
Señora Álvarez, póngase las pilas y, por favor, no salte con gilipolleces del estilo Celia Villalobos (y su «caldito de puchero»). Ya sabe que la política es un mundo de lobos y fariseos, donde cualquier ocasión es aprovechada para ser utilizada como arma arrojadiza tanto por unos como por otros. A fin de cuentas, el frío pasará… y los gilipollas permanecerán escondidos, momentáneamente, a la espera de la más mínima oportunidad para reclamar nuevamente su dimisión, a ver si por fin ponen a un ministro o ministra que haga lo normal en España: favorecer a los de siempre en detrimento de los de siempre. Ése, y no otro, es el auténtico problema que tiene Magdalena Álvarez. Hay gente a la que el gobierno lleva casi un siglo malacostumbrando y dando todo lo que piden… Tranquilos, los de aquí abajo nos resignaremos cuando vuelva a llegar vuestro momento, mientras tanto, dejad que aprovechemos, por una puta vez, una coyuntura favorable.