Archive for noviembre 2008

Hormigas en Nueva York: Cap. 14. Yo también quiero trabajar para Diddy

29 noviembre, 2008
Diddy, un astro capaz de eclipsar a todo lo que le rodea

Diddy, un astro capaz de eclipsar a todo lo que le rodea

Puff Daddy es un personaje que todavía es relativamente poco conocido en España. Aquí es una megaestrella: cantante, actor, productor, compositor, dueño de diversas marcas de ropa con tienda en la Quinta Avenida… Carismático, elegante, joven, atractivo. En definitiva, una celebridad. Se me hace difícil buscar una comparación en España o en Europa. He pensado en David Beckham, pero el futbolista tiene un punto grimoso que no está presente en este otro personaje.

Evidentemente, no está solo. Tiene un equipo de asistentes muy amplio, que se ocupan de los diversos campos que abarca el polifacético Diddy. Y ahora andan a la caza de uno más…

Hasta aquí, normal. Lo bueno es que esta búsqueda se convierta en un programa de televisión que se emite en prime time, haciendo posible que la cuenta de Diddy siga engordando.

La dinámica del juego se basa en dividir a los candidatos en dos grupos y enfrentarlos en diferentes competiciones. En el primer episodio, les han dado 24 horas y 2.000 dólares de presupuesto para realizar tareas que le podrían tocar ejercer en un momento dado como asistente personal: desde llevar a limpiar 20 pares de zapatos hasta dejar impoluta su limusina, pasando por otras pruebas que te pueden mover a la risa o al llanto.

Más que un Gran Hermano sería un Operación Triunfo. El elenco de candidatos, como no se podía esperar menos, es variopinto: un banquero, un veterano de guerra, una atractiva estudiante, una enterada insoportable…

El ganador tendrá un trabajo que le obligará a despedirse de su vida personal. 24 horas al día pendientes de la estrella, en un trabajo estresante y agotador. Aun así, me parece seductor. Para algunos podría ser la versión de La Cenicienta del siglo XXI. Es lo que tienen los astros como el sol: refulgen hasta quemarte.

Hormigas en Nueva York: Cap. 13. El sueño de Annie Moore

27 noviembre, 2008
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Annie Moore o la encarnación de un sueño americano ¿desenfocado?

Con 15 años, una joven irlandesa esperaba junto a sus hermanas en una pequeña isla en las afueras de Manhattan para poder ingresar en los Estados Unidos, donde ya vivían sus padres.

Era 1 de enero de 1892 y el sitio en cuestión, el nuevo centro en el que se controlaba la entrada de inmigrantes en la isla de Ellis.

La «tierra prometida» estaba a unos centenares de metros de distancia, pero el paso por las dependencias de Ellis era obligatorio para todo el mundo. Entre esa fecha en la que entró Annie y 1924, más de 10 millones de personas de todas las nacionalidades entraron a los Estados Unidos por este lugar.

Annie Moore fue la primera de todas ellas. Ella representa el comienzo del crisol multiétnico que conforma la sociedad norteamericana, cuya máxima expresión puedes vivir a diario en las calles de la Gran Manzana.

Se estima que más de 100 millones de norteamericanos descienden de esos 10 millones. El museo que hay en Ellis, además de ser delicioso para los amantes de las estadísticas, conforma un merecido homenaje de una nación a una parte fundamental de su estructura: los inmigrantes.

Si Annie Moore consiguió ingresar de manera legal en una época de puertas abiertas (salvo discapacitados, criminales o enfermos, el resto solía acabar entrando); en los noventa, unos nueve millones de personas recalaron en Estados Unidos, de manera ilegal en gran medida, procedentes de Hispanoamérica y el sudeste asiático.

Todos ellos buscaban poder escribir una carta como la que Adam Raczkowski escribió a su primo polaco Teofil Wolski aquel lejano 6 de agosto de 1906: «Ojalá te vengas a América, querido hermano, hasta la fecha me está yendo muy bien aquí y no tengo intención de volver a nuestro país, porque en nuestro país yo sólo experimenté la miseria y la pobreza, y ahora yo vivo mejor que un lord en nuestro país».

Desconozco si Adam disfrutó toda su vida de prosperidad y felicidad. De hecho, tampoco sé si su primo, al que llamaba hermano, se unió a él. Lo que sí puedo apuntar es que la pequeña Annie entró en Estados Unidos junto a sus dos hermanas. Falleció a los 47 años de un aneurisma cerebral.

Bloqueo mental

26 noviembre, 2008

Todos los días vienen siendo lo mismo, con la única diferencia de que en vez de ir acabando cosas se me va acumulando el trabajo. A más horas dedicadas a currar, me salen más tareas, muchas de ellas de la nada. Finalizo un diseño y ni siquiera me puedo permitir el pequeño lujo de relajarme, y poder pensar: «a otra cosa, mariposa». Sino que el abejorrón me indica que no me confíe, que todavía me queda lo más grande por hacer.

Lo peor de la mayoría de trabajos que van día a día son que te aportan pocas satisfacciones. Por poner un ejemplo: el típico periodista tiene que escribir doscientas mil noticias sobre presupuestos aprobados, mociones de censura, inauguraciones cutreras y alcaldes posando para fotos para poder hacer un reportaje del que se puedan sentir verdaderamente orgullosos.

Si te acostumbras a las labores cotidianas, a las de «batalleo», puede ser lo más cómodo. El problema es que no te hagas ni al cuerpo ni a la mente de resignarte a hacer cosas que no te producen ninguna satisfacción (ya sea física o intelectual). Y entonces, te quedas bloqueado, noqueado, como un púgil que ha recibido demasiadas tortas para continuar peleando y que casi prefiere arrojar la toalla, pero que sabe que tiene que seguir aguantando hasta el final, como un autómata.

No sé si está nulidad es coyuntural o si va siendo hora de que me reinicie, en plan Windows XP (del Vista, mejor ni hablar).

Hormigas en Nueva York: Cap. 11. Hormigas en Manhattan

25 noviembre, 2008
A cuatrocientos metros de altura, la perspectiva cambia

A cuatrocientos metros de altura, la perspectiva cambia

En nuestra habitación han encontrado cobijo una serie de hormigas. Como son pocas, me caen hasta bien. Estoy por ponerles nombres: la Primera, la Segunda, la Tercera…

Cuando las observo desplazarse me pregunto si responden a un orden o si están tan perdidas como yo.

Lo mismo me ocurre en el piso 102 del Empire State Building: puedo vislumbrar a esas minúsculas criaturitas moviéndose de un lado para otro y sigo sin saber si todo tiene una lógica o es un caos que se convierte en cotidiano.

Yo llegué desorientado, como una hormiga que no encuentra su hormiguero, y en la Gran Manzana a veces parece que todo el mundo está, a su manera, como yo, perdido, buscando un rumbo que desconoce, como la hormiga que avanza sobre mi almohada.

Lo mejor de Argentina: las ensaladas servidas en plato grande

24 noviembre, 2008

Hay dos máximas que se cumplen siempre en el deporte. La primera, y esencial, el que dijo: «lo importante es participar» o era gilipollas o un mediocre del copón (o puede que ambas cosas). Esa frase es muy bonita para las pachangas entre amigos y ni siquiera en ese tipo de «competiciones» es muy útil. A nivel profesional, básicamente es una estupidez como la copa de un pino. Se imaginan a Guardiola perder la final de una Champions y afirmar que lo importante era participar, o a Kobe Bryant asegurando, tras perder la final contra los Celtics este año, que «bueno, da igual, lo que importa es participar». Vamos, probablemente se les echara el público encima.

A ese axioma, hay que unirle el segundo, que es la consecuencia lógica del primero: «lo que es esencial es ganar». Esta verdad tiene, a su vez, dos matices. «Mola más si se gana a Argentina o a Italia». Y el doble si el triunfo se produce en casa de cualquiera de estos dos países… Así que ya se pueden imaginar el gozo que siente hoy cualquier español con la victoria en la Copa Davis ante un público más propio de una cancha griega de baloncesto que de unas pistas de tenis.

Al final, va a ser Del Potro el que se tenga que sacar los calzones del orto, y no el pobre Nadal que, reventado tras una excepcional temporada, ni siquiera ha podido acudir a la cita en Mar del Plata.

Más sorprendente ha sido que la victoria haya llegado de la mano de los dos «tapados»: Feliciano López y Fernando Verdasco, que como dos jabatos y desentendiéndose de la presión ambiental y mediática, han dejado k.o. a un equipo que en la práctica (y jugando en casa) era superior, con un Nalbandian en estado de gracia. La Ensaladera vuelve a España, cuatro años después, y por primera vez la conseguimos fuera del suelo patrio… ¡¡Enhorabuena a los campeones!!

La campaña publicitaria parece que ha dado sus frutos: «ser español no es una excusa, es una responsabilidad». Como no podía ser menos, marketing made in Nike.

Hormigas en Nueva York: Cap. 10. Desorientación

23 noviembre, 2008
Mirar al cielo en busca de los rascacielos, será una de las mejores formas de orientarte en Manhattan

Mirar a las nubes en busca de los rascacielos será una de las mejores formas de orientarte en Manhattan

Una semana en Manhattan y sigo sin saber cuándo tengo que tirar a derecha o a izquierda, al norte o al sur. Soy la gallinita ciega, que tiene como recursos unos mapas que deberían ir acompañados por un diccionario de dudas.

La isla se divide en diversos distritos (o barrios): Tribeca, Soho, Little Italy, Chinatown, Chelsea, Greenwich Village, Midtown, Upper East Side, Harlem… Esas zonas, a su vez, las podemos clasificar genéricamente en dos: el Alto Manhattan, que comprendería desde Central Park hacia el norte, y el resto de la isla sería el Bajo Manhattan. Son dos mitades casi idénticas en tamaño.

Con la excepción de una pequeña parte situada en la parte sur de la isla, el resto de las calles no tienen nombre, con lo que la gallinita ciega se ve obligada a probar el método ensayo-error. Las calles se llaman Primera, Segunda, Tercera… y van en paralelo. La otra distinción se establece con las avenidas, también numeradas (aunque hay excepciones como la Avenida de las Américas o la Avenida Broadway), y que cruzan, normalmente de forma perpendicular, estas calles.

La gallinita ciega se ve obligada a mirar el cielo y tratar como referencia los diferentes rascacielos: el Empire, el Chrysler, el Rockefeller, etc. De esta manera, tras varios días, y muchas idas y venidas, consigue alcanzar el ansiado estatus de pato mareado. El siguiente nivel lo desconozco.

Hormigas en Nueva York: Cap. 9. A más de dos metros bajo tierra

21 noviembre, 2008
Gente en metro

Metro y Nueva York es como Jamón cocido y Queso: un mixto

Para moverse a diario por Nueva York las opciones son múltiples, pero las reales se reducen a una: el metro. Anticuado, vetusto, horriblemente acondicionado, con grietas allá donde mires… Tiene todo el encanto que puede tener una obra que existía en una época en la que en el resto del planeta apenas si había entrado en funcionamiento el ascensor.

Los mismos neoyorquinos son conscientes de las carencias de su metro y, en una encuesta publicada por los periódicos de la ciudad, en la valoración que hacían de las líneas casi ninguna aprobaba. Para ellos, los dos dólares que cuesta el ticket (válido por dos horas) es tan robo como me lo pareció a mí.

Los precios te obligan a adquirir la famosa Metrocard, que por 25 dólares te permite un uso ilimitado del subterráneo durante una semana. Para el turista es la elección más atractiva, aunque existen otras de mayor duración.

Para adquirir esta tarjeta, tienes que pasar por un cajero automático, donde o pagas con tarjeta (como aquí se costea casi todo) o bien en efectivo. Nosotros, como buenos desconfiados, elegimos la opción monetaria (jajajaja). El cajero se quedó con 20 dólares ante las narices de un funcionario que teníamos justo al lado.

Acudimos al señor y logramos explicarle (inglés de combate 1 – inglés americano 0) lo que él había podido ver. Nos dice que compremos la Metrocard en la máquina de al lado y que, detrás de la tarjeta, hay un número de teléfono al que podemos llamar para reclamar el dinero indicando el número de cajero (el 0032).

Se me debió quedar toda la cara de Chuck Norris: ¡de turista y me ofrece como solución telefonear a un número para recuperar 20 dólares!

Pues se me mete en la cabeza que ese dinero lo tengo que conseguir, así que empiezo la «Operación Rescate». A la cuarta llamada, logro hablar con un señor. El «inglés» va fluyendo hasta el momento en el que me pide la dirección (¡ay, qué risa, María Luisa!). ¿Cómo coño le digo que vivo en Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía, en España, con su correspondiente dirección? ¿O simplemente se refiere a que le facilite la de mi hotel?

El señor que me atiende, que debe estar tan desesperado conmigo como yo con él, me apunta que espere un momento. Y ahí está, un compadre latino dispuesto a ayudarme en mi lucha. Total, al final, quedan en que me devolverán el dinero en la recepción hotel de cinco a siete días laborables. ¡Victoria!

Cuatro llamadas, la última de más de 15 minutos, que con las tarifas que me ofrece mi compañía de móvil en el extranjero puede que me cueste, con suerte, 30 dólares. Y todo para obtener 20 dólares que llegarán al hotel cuando nosotros estemos de regreso en España.

Trabajo subterráneo destinado a no ver nunca la luz: subway.

Deporte más allá de la pantalla del televisor

21 noviembre, 2008

Casi se me había olvidado, y si no fuera porque me ha tocado esperar para realizar una gestión, hubiera seguido en mi inopia: pues sí, el deporte, además de verlo por el televisor o Internet, tiene también una faceta activa (excluimos el sexo, para quien lo tiene, y la masturbación para el resto, como actividad deporte). O sea que en vez de ver jugar a Nadal, puedes practicar tenis, por ejemplo. En vez de ver cómo Gasol va a más, podrías unirte con un grupo de colega y hacerte unas canastas o, el más práctico, si quieres emular al Real Madrid, en lugar de verlos haciendo el ridículo por la tele, puedes quedar con tus amigos para ser vosotros los motivos de irrisión.

Y de todo esto me he dado cuenta porque estaba en Decathlon esperando a que el muchacho me pasara un presupuesto. Me ha dejado allí solo, en la sección de deportes colectivos y he empezado a husmear: balones de voley o rugby, sticks de hockey… Y al ver a los críos dando bandazos, ha sido como una luz: ¡Coño, que puedo practicar deporte!

Aunque creo que ha suscitado más interés cuando el dependiente me ha comentado que el dueño del Decathlon también es el amo y señor de ese chiringo llamado Leroy Merlin. ¡Ahora es cuando verdaderamente el deporte me empieza a interesar! Como operación de marketing, el colego es digno de admirar: el deporte ha sido la excusa perfecta para montar una tienda de ropa a la que acercarse con la familia. Las secciones que más espacio ocupan son en invierno ¡Montaña! y en verano ¡Surf! Yo también me he quedado con la cara desencajada, pero, según me explicaba mi interlocutor, era una forma de enlazar la ropa con el deporte. En la práctica apenas hay cuatro productos que sean exclusivos de «Montaña» (o de «Surf»), pero el resto está copado con ropa de invierno de estilo deportivo, un poquito informal, a un precio razonable. Y además, al contrario de lo que ocurre en un Zara, en un H&M o en una tienda Benetton, los pequeños no están dando la tabarra con el clásico «¿cuándo nos vamos?». Allí, «sueltan» a los críos, que se ponen a jugar con las diferentes pelotas, mientras que los padres están realizando las compras con un poquito de más tranquilidad… ¡Muy bien pensado, sr. Leroy Merlin! ¡Es usted un mago (chiste fácil)!

Los dos espacios cerquitas y, así, de camino que vas a comprarte tus herramientas para hacer la estantería que viste en Bricomanía, te acercas y pillas unos buenos chaquetones, mientras tus críos están dando la tabarra con las pelotitas al pobre encargado de la sección de «Deportes Colectivos».

Yo ya he captado el concepto, pero el deporte aunque sea sano, divertido y barato, requiere la reunión de otros compañeros que también quieran (y puedan) practicarlo a la misma hora y en el mismo lugar. Eso puede ser prácticamente imposible. Lo que si es más factible es la aplicación del concepto del sr. Merlin a mi planificado gran centro de ocio.

Mi espacio se compondrá de diversas secciones que se caracterizarán por su sinergia y complementariedad. Asimismo, todos los locales estarán cercanos para facilitar las diversas facetas del entretenimiento nocturno, que va a ser mi objetivo. Por un lado, habrá una zona de locales para jóvenes (principalmente, de entre 22 y 32 años): música, alcohol, cajas de preservativos… Por otro lado, un poquito más lejos estará una zona más adulta, con otro tipo de música, de ambiente y de bebidas. Junto a estas dos zonas, habrá un pequeño hotel, algo discreto, que serán habitaciones que se alquilarán por horas (con dos condones de regalo). Todo muy limpio y muy higiénico. Así los que pillen cacho, no tendrán que irse al coche, ni al servicio, sino que podrán acceder a una habitación, que es mucho más íntimo y que les permitirá desfogarse de la manera que mejor les plazca (habrá un servicio de juguetes eróticos desechables de un solo uso). Por otro lado, y separado por una pequeña valla, habrá ya un negocio más amplio, que sólo abrirá a partir de las cuatro de la mañana. Con cuatro o cinco espacios (me lo tengo que pensar bien todavía), separados entre sí, y en el que se ofrecerán servicios eróticos festivos: strippers, bebidas a precios de infarto y demás… Con posibilidad de «polvo» previo pago. Todo así muy señorial, de muy buen gusto. Con secciones hetero y homo tanto para hombres como para mujeres (pienso también en hacer una parte más discreta, destinado a los swinger, aunque tengo que estudiar su ubicación). Por último, habrá una serie de taxistas (hombres y mujeres) que en realidad no lo serán, sino que harán el papel del amigo o la amiga del «fiestero» o «fiestera» por si tiene que llegar a casa y dar explicaciones: «señora, se ha pasado con la bebida, pero se ha portado bien toda la noche… ¡Adiós, Antonio!» o «señor, soy Lucía, la amiga de María; lleva con nosotros toda la noche y se ha encontrado algo indispuesta… Nada, no ha sido molestia, un placer. María, ya te llamo»…

La idea ya está, sólo me hacen falta 20 millones de euros para ponerla en marcha… En verdad, a mí también me encanta el deporte… aunque sólo sea como actividad mental.

Hormigas en Nueva York: Cap. 8. Preservativos en el autobús

19 noviembre, 2008

Existe en Manhattan una «plaga» con los colores de la bandera de España. La diferencia estriba en que el color de la camiseta (roja o amarilla) distingue los pertenecientes a una u otra compañía: son los comerciales de las líneas turísticas de autobuses. Casi siempre, se trata de una persona de raza negra, principalmente varones, y tienen sus puntos de batalla en torno a los monumentos de la ciudad. Los rojos pertenecen a Gray Line. Los amarillos a Sightseeing New York (posteriormente, descubriríamos una tercera compañía que iba de naranja).

Si es la primera vez que visitas esta isla, será prácticamente imposible que te sustraigas a sus artes. A nosotros nos ganó el colega en cuanto se puso a hablar en español. ¡Ay, amigo, el idioma obra milagros!

Por un módico precio, puedes estar dando vueltas por Manhattan y Brooklyn durante 48 horas; además de visitar algunos de los puntos más turísticos, por ejemplo, el Empire State Building.

El truco está en que en dos días es poco probable que puedas hacer ni la mitad de los recorridos. En el mapa parece pequeña, pero Manhattan para este tipo de trayectos es un mundo. Tendrías que estar todo el día en el autobús para lograrlo.

A nosotros, que la Diosa Fortuna nos mira con agrado; mientras hacíamos el viaje por la parte sur de la isla, nos cayó un chaparrón considerable. Al principio, todo eran jajas y jijis. Anécdota para recordar.

Cuando llevas media hora calándote hasta los huesos, ya no tiene ni puta gracia. Los temblores y las manos arrugadas indican que el chiste se está haciendo demasiado largo. Los relámpagos, que iluminan el cielo con estruendo, te recuerdan que estás en la parte superior de un automóvil en movimiento y que lo más parecido a un pararrayos eres tú. Si a todo esto le añades el ridículo e incómodo chubasquero de plástico que te han facilitado para «evitar» que te empapes, ya directamente te entran ganas de volverte para tu país de origen.

Ocho horas de avión para acabar en lo alto de un autobús vestido de condón paseándote por las calles de la Gran Manzana no es cosa de broma…, aunque tenga su punto.

Un fan reprimido de The Beatles

18 noviembre, 2008

Sí, lo siento, lo confieso, me gustan los Beatles. Los culturetas pensarán que eso mola. Los modernos que eso está desfasado, pero yo no me refiero a la música, sino más bien al concepto del cuarteto de Liverpool. Ahora que Sir Paul McCartney (sí, el que fumaba maría en el Palacio de Buckingham sin invitar a Chabeli II) ha confesado que van a sacar una «canción» inédita, tema mítico para los idólatras de la banda Carnival of Light, en el que durante 14 minutos hacen el soplapollas y que, seguramente, si sale a la luz todo el mundo, empezando por la Rolling Stone, calificará como «maravilla», «prodigio», «obra maestra», etecé, etecé, etecé, salvo los más fashions, que dirán que es una aberración y una mierda (o boñiga o mojón o sorullo). Yo, por mi parte, habiendo escuchado los comentarios de McCartney me decanto que va a ser una obra auténticamente meritoria de estar en todos los Guggenheim del mundo… No te digo «ná» y te lo digo «tó».

Pero a lo que iba, que a mí de The Beatles lo que me gusta es toda la parafernalia que conllevan. Por ejemplo, inventarse un grupo paralelo y sacar un disco con múltiples personalidades históricas (en la que, por supuesto, estaban ellos por duplicados). Aparte del Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band, el grupo tiene el mérito de que prácticamente todos sus álbumes están considerados de «culto», inclusive el para mí insoportable Revolver… Sobre gustos… O el hecho de que tanto Lennon como McCartney estén en posiciones de cabeza entre los mejores cantantes de la historia, según la Rolling (????).  Por no decir sobre sus comentarios de «somos más famosos que Jesucristo» o el hecho de que Lennon fuera asesinado por un fan que quería pasar a la historia (mejor, con letras minúsculas). Ni que decir tiene que por su culpa Abbey Road es una de las calles del mundo en que más insultos puedes aprender. Y que Ringo todavía seguirá contestando las cartas a sus fans, aunque haya pedido públicamente que le dejen de escribir (me parece que iba por marzo del 68). Con respecto al pobre Harrison, le perdonaremos que escribiera ese puro llamado Within You Without You (no confundir con la fabulosa canción de U2), pues mi primer contacto con ellos fue su Got My Mind Set On You (para una vez que el pobre George logra un número uno en solitario, resulta que es una versión de una canción del año de la castaña)…

Pero, sobre todo, y muy por encima de todas estas nimiedades, a mí lo que realmente me fascina de The Beatles fue el corte de pelo característicos de sus componentes (el de la cabeza, me refiero). Es decir, hay que ser muy grande para ir peinado de esa manera y triunfar, muy pero que muy grandes… Con ese flequillo que ofende a la vista y que volvía locas a las adolescentes (y a sus madres y a algunas de sus abuelas). Fíjate tú si he llegado a ser beatlemaníaco, que llevó ya más de medio año sin pasar por la peluquería. Mi «peinado» es inclusive más horrible que él que ninguno de ellos llegó a soñar. Eso sí, todo el posible éxito de ese look lo fundieron ellos: aunque el gorila se vista de seda…

Hormigas en Nueva York: Cap. 7. Times Square o porqué el Capitalismo derrotó al Comunismo

17 noviembre, 2008
el corazón de Manhattan

el corazón de Manhattan

Miles de personas se acumulan en pocos metros cuadrados. Cientos de ellas, cámara en mano. La primera vez que estás aquí notas cómo se te acelera el corazón y una sensación de vértigo se expande por tu mente. En un instante, tus sentidos parecen abrumados, colapsados, por el despliegue de luces, pancartas, colores e imágenes: sí, es Times Square.

Si Nueva York es el centro del mundo (al menos del Occidental), Times Square es su corazón.

Inmensas pantallas a derecha e izquierda, donde se suceden los anuncios de las marcas más punteras (Coca-Cola tiene su lugar destacado y permanente). Aquí es donde viene la gente en fin de año. Y también en este lugar podemos ver el Hard Rock Cafe, el Planet Hollywood, el McDonald´s, la Virgin Store, el Bubba Gump (no es broma, existe), el estudio de la cadena ABC, la MTV Store, etecé, etecé, etecé.

Interconectado con Broadway, y sus decenas de espectáculos, se trata de un espacio con el que nada aguanta comparación. Por la noche, cuando las luces se multiplican, este universo brilla como si fuera una constelación propia. Aquí todo parece mágico, desde los inmensos carteles en los que se anuncian los próximos estrenos de cine o teatro hasta el modesto cartel del drogadicto que señala: «Necesito dinero para cerveza, alcohol, mujeres y drogas; al menos, soy honesto y no te estoy asaltando con navaja». Contra esto, poco tenía que hacer el socialismo soviético. ¡Chúpate esa, Lenin!

Cada hora las puertecitas laterales se abren y aparecen unas figuritas como en un reloj de cuco

Cada hora las puertecitas laterales se abren y aparecen unas figuritas como en un reloj de cuco

Quinta temporada de House, sin el querido doctor Watson

16 noviembre, 2008

Otra de las series más esperadas por el mundo frikie, nuestro querido, irreverente y repetitivo doctor House está de vuelta. Por fin, traducido al español, que es verdaderamente como tiene gracia. Esta cuarta temporada se inicia con el alejamiento de su fiel sombra el doctor Watson, quiero decir Wilson… Un nuevo giro en la historia, pues pone a House en la tesitura de buscar alguien de su nivel para discutir, ridiculizar y vejar al resto de la existencia humana.

Ya os podéis imaginar que el capítulo en sí, es como siempre: enfermo/a de algo desconocido y misterioso, diagnóstico con palabras a cada cual más complicada (ya parece que no mencionan el lupus, este año puede ser la esclorosis múltiple la estrella), no aciertan a la primera, el paciente parece que mejora, pero recae y lo vuelven a tener puteado/a y, al final, House mientras ignora a la persona que le está hablando vislumbra claramente el problema en cuestión y salva la vida a la paciente/o. Todo ello en medio de continuas humillaciones a sus subordinados y superiores, como tiene que ser. ¡Menudo personaje!

Aparte de que la trama está más trallada que las del CSI, la desaparición de su único «amigo» va a poner a House en la tesitura de tener que buscar un nuevo «amigo» al que poder putear y gorronear. En el segundo episodio, aparecerá un personaje brutal, detective privado con conocimiento de todo y que tiene la voz de El príncipe de Bel-Air, que puede ser el recurso de esta temporada. El susodicho tiene la virtud de ser el único de los protagonistas de la serie, quitando un poco a Foreman, que no es manipulado a su antojo por el carismático doctor.

Diagnóstico: resfriado crónico… Esto no se cura. Habrá que ver si la serie evoluciona favorablemente.

Hormigas en Nueva York: Cap. 6. No hay moros en la costa

15 noviembre, 2008

أَلسَلاَمُ علَيكُم

(«la paz sea sobre vosotros», tiempos mejores vendrán pronto)

En la isla más multiétnica que entre en tu imaginación, sorprende hasta cierto punto la prácticamente inexistencia de comunidad árabe. En una semana, solamente hemos visto a dos personas que pudiéramos identificar como pertenecientes a esta etnia (y una, con dudas).

No sé si esto estaba ya así antes del 11-S o si, después de los atentados, prácticamente se ha convertido en un imposible el viajar desde un país islámico a Nueva York.

Por otro lado, pudiera ser que la comunidad islámica se retirara semivoluntariamente ante las miradas acusadoras del resto del mundo. Una de las cosas más humillantes para una persona inocente es que la prejuzguen por su raza o por su lugar de nacimiento. En esas condiciones, han tenido que ser unos años duros para los árabes por estas tierras.

La visión de los neoyorquinos, lógicamente, puede ser otra: tu vida es tu vida, y en una situación de pánico, tu instinto de supervivencia te puede llevar a unos límites insospechados de racismo. Si, además, ese miedo es convenientemente amplificado y manipulado por gobierno (y medios de comunicación); durante un tiempo, los tolerantes neoyorquinos habrán tenido que mostrar cierto recelo ante unas personas fácilmente reconocibles por sus rasgos y su color de piel.

Por cierto, la mayoría de los árabes de los atentados procedían de un único país, el más corrupto e intolerante, pero al que nunca el gobierno norteamericano ha incluido en su famoso «eje del mal». Que el crudo siga fluyendo, pero sin moros en la costa.

La mejor hora del día (o la vida es sueño)

14 noviembre, 2008

He de reconocer que me admira la gente que tiene la capacidad de echarse a la cama y quedarse profundamente dormido en unos pocos minutos. Yo, que pertenezco a la «raza» de los insomnes, no puedo dejar de escuchar o ver con envidia el citado fenómeno. Tú te preguntas el porqué de esta curiosa habilidad que poseen ciertos seres humanos, pero supongo que es una virtud como otra cualquiera: hay gente que sabe jugar al fútbol (que en el siglo XII igual no te servía para nada, pero que actualmente te puede ayudar a codearte de igual a igual con los gobernantes del mundo -?-), otra peña tiene la capacidad para cantar, otros para criticar… y éstos, pues tienen sus dotes en la cama, en el sofá o donde sea, serían algo así como nachos vidales o celias blancos de la somnolencia.

Tú, mientras tanto, te devanas los sesos para ver cómo conseguir quedarte k.o. y no tener que enfrentarte a tus demonios por las noches. Creo que esto marca una diferencia fundamental entre los seres humanos: ni sexo, ni raza, ni religión… Todo eso, una mieeeeeerdaaaa en comparación con la distinción entre los que consiguen dormir fácilmente y los que no. La peña que duerme bien es más feliz: no se ahogan en vasos de agua y por las noches, con su desconexión automática, reinician su sistema, tal cual ordenador que tiene integrado el sistema Leopard. Evidentemente, todo funciona más o menos bien, al tocar las teclas todo va fino. En fin, una maravilla…

Los otros seríamos la puta versión de Windows Vista de nuestro amigo Gates, siguiendo con el símil informático: no hay quién lo entienda, se cuelga, entra en bucle, no encuentra las cosas, hasta las funciones más estúpidas son complicadas de realizar y estamos llenos de dudas («que sí, coño, que quiero borrar el archivo de los cojones, ¿no te lo he dicho ya treinta veces antes?»).

La única ventaja de los noctámbulos es que como estamos acostumbrado a vivir en una especie de inmundicia mental nocturna, al final casi ni se nota; como el Windows Vista, das por sentado que es un mojón y tiras «palante». Además, los problemas a lo mejor llevan tiempo, pero son más fáciles de solucionar. Los que duermen bien, por otro lado, les ocurre exactemente igual que a los Apple, que irán todo lo fino que quieran, pero el día que falla van de culo y se nota, y más si encima el servicio técnico es una auténtica vergüenza como ocurre en Málaga con Benotac y Golden Mac (bam bam, Lucky Luke). El arreglo es caro y el proceso más largo (y exasperante) todavía.

De todas maneras, mejor ser un Leopard que un Vista. Por eso, para mí últimamente la mejor hora del día es justa después de comer: me meto en la cama reventado por haberme acostado tarde, levantado temprano y currado sin parar durante cinco horas, y por unos instantes me siento como el sistema operativo de Apple, finústico, finústico (será que tengo 32 gigas de ram en ese momento, que así se rumorea que sí va bien el Vista). Me tumbo con la manta por encima, el Ipod encendido, escuchando un surtido (ya que se acerca la Navidad) que va de los Rolling a Damian Rice y me quedó frito, más o menos, fácilmente. El sueño misterioso acabará en hora y media cuando suene el despertador y tenga que volver para echar otras cuatro, cinco, seis… ¡catorce! horas. ¡Qué bonito fue mientras duró! Y es que, como dijo Calderón, «la vida es sueño».

Hormigas en Nueva York: cap. 5. El tonto y el más tonto

13 noviembre, 2008
Washington Square era uno de los lugares en los que podias adquirir merchandising del próximo presidente USA

Washington Square, uno de los lugares en los que adquirir merchandising del próximo presidente de los Estados Unidos

Conforme a lo que comentaba en el anterior capítulo, la política no parece sustraerse a la unidireccionalidad: en la isla todo el mundo es Demócrata.

En cualquier tienda del Soho, en los puestos ambulantes, en cualquier lugar en el que no se tenga la obligación de «ser políticamente correcto» (lo que significa que Tiffany no entra dentro de esta categoría), Obama es el ídolo, la nueva esperanza… Es una especie de mezcla entre el «Che» Guevara y Luther King. Y eso se nota en ropa, banderolas, chapas, etc.

Por su parte, encontrar una camiseta de Bush es como obrar el milagro de los panes y los peces (o el del recuento de votos de Florida). ¡Ah, no! Se me olvidaba: el otro día pude ver en una tienda de souvenirs una con las imágenes de Bush padre y Bush junior. A cada cual le correspondía un lema: al papá, dumb; al hijo de su padre, dumber.

Los mejores cantantes de la historia (?)

12 noviembre, 2008
Puesto 58 entre los cantantes, según la Rolling... ¡¡Muy mal Rolling Stone!!

Puesto 58 entre los cantantes, según la Rolling... ¡¡Muy mal Rolling Stone!!

Dentro de que tiene sus defectos, como todo, desde hace bastante tiempo me gusta seguir la Rolling Stone (www. rollingtone.com); me refiero a la versión americana y no a la edición light española (la Coca-Cola de toda la vida, por favor).

Pues en una de estas ocurrencias que tienen de vez en cuando de hacer ránkings, que a los estadounidenses les mola cantidad eso de hacer clasificaciones y estadística, tanto objetivas como de dudoso criterio, ahora han sacado a la luz una lista con los 100 cantantes más grandes de la Historia (http://www.rollingstone.com/news/coverstory/24161972). Anteriormente nos habían ofrecido sus famosas y controvertidas listas de los mejores álbumes, mejores canciones, mejores grupos y mejores guitarristas. Salvo en el último apartado, en los otros tres hubo bastante polémica por el gusto de la revista de Jan Wenner de encabezar todas sus clasificaciones por peña que desarrollaron su carrera antes de los ochenta, por su omisión de cualquier grupo o cantante que no componga en inglés y por la «discriminación» de según qué tipo de música.

Aun así, suelen ser listados dignos de ojear, en los que puedes encontrar artículos interesantes sobre gente que ha hecho bastante por la música moderna (para bien o para mal) y escrito por artistas, lo cual le da un valor añadido al punto de vista, pues si la opinión te la está dando Robert Plant, Billie Joel, Alicia Keys o Iggy Pop, como mínimo, un respeto se merece.

En esta ocasión, como no podía ser menos, los cabezas son los «viejunos», cantantes nacidos en los años treinta, principalmente, muchos de ellos ya fallecidos. En cabeza, Aretha Franklin, pero la sorpresa es cuando te encuentras a gente como John Lennon en el quinto puesto o Bob Dylan en el séptimo, y entre los dos esa voz excepcional que fue Marvin Gaye. ¿Qué criterio han seguido para cometer tal atropello? Ni zorra, supongo que habrán valorado mucho también la capacidad como compositor o la creatividad o la innovación, porque si no es de esa manera, el listado carece de sentido alguno, y se convierte en poco menos que en las preferencias del editor de la revista, Jann Wenner.

En los comentarios que van dejando los lectores, como era de esperar, ya están lloviendo las críticas.

Por cierto, si buscáis a alguien joven, lo lleváis de culo: mi delicisiosa Christina Aguilera, en el puesto 58, es la primera de las artistas (o artistos) nacidos después del 70. Por esa razón, he colocado una foto de esta monumental belleza. (Además, las de Aretha Franklin o John Lennon están en blanco y negro). ¡Va por ti, Musa!

Hormigas en Nueva York: Cap. 4. Unidireccional

11 noviembre, 2008
calle de neoyorquina vista desde el Empire State, en plan King Kong

calle neoyorquina vista desde el Empire State, en plan King Kong

He tardado varias jornadas en darme cuenta, pero en la mayor parte de Manhattan las vías son unidireccionales: los coches, o mejor dicho, el transporte público, transita por carreteras de un único sentido.

Parece muy acorde al carácter neoyorquino: cada cosa a su tiempo y siempre en la misma dirección…

Trabajando en domingo

10 noviembre, 2008

Sin trabajar en un hotel o en algo relacionado con la restauración, me ha dado últimamente por currar los domingos. Esto último es un decir, no lo de laborar el día festivo, sino lo de que haya sido por mi capricho. Cinco días esperando a que llegue el fin de semana y te das cuenta de que tienes que emplear parte del tiempo «libre» de los sábados y domingos para ponerte al día.

Lo peor es que esto no tiene visos de cambiar, porque me he hecho autónomo, que no tiene nada que ver con la independencia ni con Ibarretxe, más bien relación con el hecho de bregar como un hijoputa para ganar un sueldo que está más cercano a lo ridículo que otra cosa. Igual un día hasta metes un pelotazo y todo, pero lo más probable es que ganes como un trabajador por cuenta ajena y, eso sí, pagues como un empresario. Lo peor de cada parte sumado en una fórmula para atarearse y seguir adelante.

Y mejor no me quejo, que a fin de cuentas yo he llegado en la «edad de oro del autónomo»: descuentos a los menores de 30 años, bajas por enfermedad, jubilación (estas dos últimas ventajas en términos exigüos, pero menos da un pedrolo) y, si te sumas a alguna asociación, la posibilidad de comprarte un BMW por 18.000 euros… Cuando me lo contaron, no sabía si echarme a reír o llorar: ¿No sé si me va a dar para pagar el autónomo, el I.R.P.F., el IVA y la letra del coche que tengo actualmente, y ya quieren que me meta, en plan gilipollas, en un BMW?

No, gracias, mejor sigo en el C3, que es un coche que me da la posibilidad de continuar llorando, que como dice mi amigo Ádel, una vez que te compras un BMW, ya no puedes lamentarte por cuestiones monetarias… y yo tengo intención de gemir durante mucho tiempo.

Hormigas en Nueva York: Cap. 3. Más taxis que personas

9 noviembre, 2008
La marea amarilla inunda las calles de Manhattan

La marea amarilla inunda las calles de Manhattan

El señor Ford puede estar contento. En una ciudad en la que hay más taxis que personas, la mayoría son de su marca. El modelo estándar, con su clásico amarillo, inunda las calles de Manhattan en una marea que no cesa nunca.

El taxi más típico es uno que en España no he visto nunca. Es muy grande, con un amplio maletero, preparado para satisfacer las necesidades de los millones de turistas que pasan por la isla.

El taxista que se encarga de desempeñar el trabajo que le correspondería a F. se llama Duchard. Nació en Santo Domingo, pero lleva muchos años navegando por las calles de la Gran Manzana. Nos cuenta que trabaja 64 horas semanales. Diez horas al día, salvo el martes (día de descanso), en el que sólo curra cuatro horas. (Ríete de la jornada de 35 horas).

Duchard es un tío simpático, agradable, que al enterarse de que somos españoles nos comenta que su padre siempre señala con orgullo que él (su padre, porque Duchard de español, ni «papa») habla «castellano», no «español». Sonríe con la anécdota, que cobra bastante sentido cuando llevas unos días sobreviviendo en Manhattan.

La marea amarilla sólo se ve interrumpida, ocasionalmente, por enormes limusinas (preferentemente negras), coches de marca que no conozco (ni un opel, ni un citroën, ni un seat, apenas un audi…), y los autobuses preparados y acondicionados para los visitantes (eso sí, más te vale hablar inglés, porque aquí no se estila otro idioma).

A vueltas con la SGAE y el fraude del canon del dvd

8 noviembre, 2008

El otro día mi amigo Eduardo Teddy Bautista, honorífico y honorable presidente del Consejo de Dirección General de la Sociedad General de Autores y Editores (en cristiano, nuestra SGAE, que se pronuncia «esgaaaae») soltó las siguientes declaraciones: «El canon es agua pasada, no hay quien lo arregle, se paga y ya está, y al que no le guste que se aguante» (http://www.elpais.com/articulo/cultura/Teddy/Bautista/canon/agua/pasada/paga/elpepucul/20081104elpepucul_5/Tes). Y se quedó tan pancho. Yo me lo guiso, yo me lo como.

Ahora, su nueva cruzada es la piratería en Internet, que tan mal y tanto está jodiendo a los artistas, que apenas pueden salir de la inmundicia económica por culpa de los miserables que nos «bajamos» cosas de Internet (oh!! mea culpa). Perdóname, Teddy, por no gastarme 18 euros en un cd de música, para que me guste una canción y descargármela de la mula: soy un perro, un misérrimo. Es que somos una panda de cabrones que queremos nada más que jorobar a gente que no llega a fin de mes: ¡¡pobres bisbales, alejandros y julios iglesias, que por culpa de los hioputas hispanos que se descargan música de Internet apenas si tienen para mantener sus lujosas y suntuosas mansiones de Miami, mientras que el resto, que somos una panda de sinvergüenzas, vivimos ahogados en créditos interminables con los bancos y los gastos de la vida cotidiana!! ¡¡Se nos debería caer la cara al suelo!! ¡¡Cómo osamos intentar comer o echarle gasolina al coche en vez de ir al Carrefour a comprar películas y cds musicales para mantener el nivel de vida de peña que hace tanto por nosotros (a mí el otro día me llamó un conocido cantante, que no diré su nombre para respetar su intimidad, ofreciéndose a pagarme la letra del coche, ¡fíjate tú, eeeh!)!!.

Y ese pobre Teddy que habla del canon como si fuera lo más normal del mundo, y omite el perjuicio que le está causando el fraude al comercio y al destinatario final. Pongamos un ejemplo real, una empresa le cuesta una tarrina de dvds X, a esa cifra tiene que sumarle el dinero que quiere ganarle, ya sea un 5, un 15, un 30 ó un 40%, en fin, lo que sea. Pero resulta que a ese precio de X, que mi amigo Teddy, aprovechándose de las circunstancias en que llegó Zapatero al Gobierno, y casi como un peaje, le sacó el canon digital (ese que es «agua pasada»), el comercio le tiene que sumar 3X, o sea, si al negocio la tarrina le cuesta 5 euros, la SGAE se tiene que llevar 15 euros. Es decir, ya andamos por los 20 euros por la puta tarrina. A eso, lógicamente el negocio le tiene que sumar una cantidad, pues no trabaja por amor al arte, como tampoco lo hace la esgaaaae. O sea que el producto final acaba costando 22 ó 23 euros. Ahora, eso sí, yo me dedico al diseño gráfico y para guardar mis putos trabajos le tengo que pagar a la banda de mi amigo Teddy 15 euros. Lógicamente, pienso: «que les jodan, el canon que lo pague rita», y me voy a comprar dvds Verbatim a los chinos o a cualquiera de las tiendas que sé que piensan igual que yo y me los compro por la mitad del precio. Lo más gracioso es que el que no paga el canon y te lo ofrece a ti a un precio que consideras razonable se lleva mucho más beneficio que el que te lo intenta cobrar a 22 euros y piensas que te está tratando de robar.

Eso, lógicamente, perjudica a una importante parte del sector comercial, pero eso, precisamente, es lo que a mí querido Teddy Bautista parece que le trae por culo. A fin de cuentas son sólo daños colaterales. Y yo me pregunto, aparte de que la presunción de inocencia de la que tanto hacemos gala en los países democráticos nos la pasamos por el forro y todo el que compra dvds, cds, discos duros, móviles, es para piratearse los discos de Ramoncín, lo que me inquieta, quería decir, ¿no es un fraude que una organización basándose en no sé qué excusa le imponga a todo un sector un canon draconiano que acabe dañando no sólo la economía, sino también la imagen de dicho sector? Es decir, pagan religiosamente a los inquisidores y, encima, para el público también gozan de mala imagen (paliada porque se sabe que tiene todavía peor imagen la organización que está detrás con la hucha). ¿Acaso es razonable que si un producto cuesta un euro, la esgaaaae se lleve tres ó cuatro? Una cosa es decir que hay que establecer un canon por tal y cual, lo cual se puede llegar a entender… Y otra muy distinta es utilizar el canon en plan boom inmobiliario: como la ley me lo permite, voy a dar el puto pelotazo y, básicamente, sin hacer nada que no estuviera haciendo antes voy a multiplicar mis intereses a base de perjudicar a cientos de miles de persona, que es lo que realmente está haciendo la SGAE en la actualidad.

De momento, a los discos duros todavía le meten poco. Como ya mismo el dvd no se usará y se dará mayor empleo a las unidades externas, entonces seguro que el halcón Teddy y sus secuaces se las ingenian para lograr que el porcentaje destinado a la SGAE se también bastante más sustancioso. Eso sí, después de todos los que hay asociados a la SGAE resulta que los que le ven el beneficio son los de siempre, porque los pequeños editores y grupos, básicamente, van a seguir comiéndose los mocos. Y encima, el tío Teddy les quiere hacer la puñeta ahora que habían encontrado en los P2P un modo de dar salida a sus trabajos y de hacerse un pequeño hueco en el mundillo: es la democracia de la mula, aunque el señor Bautista trate de sacrificar al burro.

¡¡Vivan las mulas y los borricos!!

Hormigas en Nueva York: Cap. 1

7 noviembre, 2008

Con mi «inglés de combate» trato de preguntarle al dependiente cuál es el precio de una bebida que nunca he visto en España; afortunadamente, el tendero habla español y me puede aclarar todas mis dudas.

Al cabo de unos días puedo comprobar que no fue tanta mi suerte, Manhattan tiene una población latina muy importante. En este crisol de culturas, y de comida de «tomar y llevar», me llama mucho la atención que no haya blancos vendiendo en las tiendas. Bueno, sí los hay, pero en las de marcas muy conocidas de la Quinta Avenida o Times Square. En las periferias, latinos, negros, indios, chinos…, son casi siempre los mercaderes.

A los blancos parece que es más fácil encontrarlos saliendo de los rascacielos con sus chaquetas, corbatas o vestidos en pleno mes de agosto. Incluso ellos, a la hora de comer, compran hot dogs en alguno de los cientos de puestos ambulantes que se distribuyen por la Gran Manzana.

Zapatitos nuevos

6 noviembre, 2008

Cuando fui a adquirir mis anteriores zapatos, encontré unos que mes gustaron mucho, pero desafortunadamente no había de mi talla. Así que, como consuelo, me decanté por unos zapatos sobrios, rudos, nada bonitos aunque muy prácticos. A mi novia no le entusiasmaron. A mí me eran útiles y, a fin de cuentas, en los primeros compases estaban respondiéndome bastante bien.

Al poco, la verdadera calidad del material con el que estaban fabricados mis zapatos sacaron a relucir una serie de inconvenientes. De repente, o tenía los pies completamente sudados o tenía rozaduras. Eso sin mencionar el poco menos que insoportable hedor que desprendían mis extremidades inferiores, capaces de intoxicar a todo el que estuviera cerca de mí.

Mi familia y mi novia me lo comentaban. Yo creo que me había acostumbrado de tal manera que casi consideraba que esa situación, a fin de cuentas, era lo normal. Cuando tenía la oportunidad de cambiar de zapatos, no sé si por pereza o por conservadurismo o por racanería, seguía con el mismo calzado, antiguo, obsoleto y dañino. Pero yo erre que erre, haciendo caso omiso a las calificaciones de «cateto» que escuchaba a mi alrededor.

Ahora, con el mal tiempo, las imperfecciones inherentes a esos zapatos se multiplicaron, ya no sólo era el peste a pie, o el sudor, o las heridas, ahora también contaba con unos prominentes boquetes por el que en las noches húmedas me calo y en los días de lluvias me empapo. Mi salud se resiente y mi prolongado resfriado se convierte en eterno. Para todo el mundo que estaba alrededor parece que era evidente que tenía que cambiar de zapatos menos para mí. Me he tenido que ver poco menos que en la cuerda floja para hacerme con un calzado nuevo, mejor.

Ayer, 5-N, estrené mis zapatitos nuevos. Estos no son rudos, son superelegantes y muy cómodos. Son de piel. Son negros. Ahora me parece mentira que haya podido soportar durante tanto tiempo aquella mierda de calzado. Las comparaciones siempre son odiosas y más sin perspectivas, pero eso no quita que fuera feliz en mi primer día con zapatitos nuevos. Tienen buena pinta, a ver si están a la altura de las expectativas.

¡Qué fácil me es identificarme con los ciudadanos de Estados Unidos!

¿El albor de una nueva era?

5 noviembre, 2008

Quizás sea exagerar demasiado decir que estamos a punto de comenzar una nueva época. Lo que sí podemos asegurar es que nos despedimos de una funesta, maquiavélica y descorazonadora etapa que se inició con aquella tramposa victoria de Bush jr. en el estado de Florida en el año 2000.

Desde entonces, y con la excusa perfecta del 11-S, hemos visto vilipendiar a todo al que se haya opuesto a la política de los «arbustos»: desde instituciones internacionales, como la ONU, a presidentes, escritores o cualquiera que haya levantado la voz excesivamente.

Ahora sí, llevamos ocho años esperando, el bandido se va a ir, eso seguro. Y más convencido estoy de que con las arcas mucho más llenas que cuando llegó. Y también doy por sentado de que aquí a unos años, el haber estado usurpando el planeta durante casi una década les propiciará pingües beneficios a los «arbustos» y toda la cuadrilla de sinvergüenzas sin escrúpulos de los que estaban rodeados.

La participación masiva es la nota general de estas elecciones, evento al que Bush no ha estado invitado en ningún momento. Todos los americanos parecen querer expresar su opinión, y quien más quien menos quiere ver el cambio. El resto del mundo, también.

Mientras escribo esto, Obama, según los sondeos, parece haberse hecho con el estado-clave de Pennsylvania. La victoria está un poquito más cerca. Nunca antes un candidato a la presidencia de los Estados Unidos había levantado tanta expectación fuera de su país. Nunca antes los no-estadounidenses habíamos deseado con tanto fervor la victoria de uno de los contendientes en la campaña.

Esperanza, ni más ni menos, es lo que está en juego. Después, podrá salir mejor o peor, pero sólo Obama puede enviar a un mundo que se ha desgastado y envejecido y descorazonado y envilecido y embrutecido de manera colosal en los últimos ocho años ese mensaje de esperanza, de «Walk on, walk on, what you got they can´t steal it, no they can´t even feel it», como apuntaban las notas del famoso grupo irlandés que se convirtieron en un himno tras el 11-S. Ese sentimiento refulge el 4-N de nuevo, aunque no sepamos por cuánto tiempo. A mí me durará, por lo menos, hasta que me despierte. Disfrutaré del momento, por si acaso.

101 razones para votar a Obama

4 noviembre, 2008

A falta de pocas horas para que empiecen las votaciones en los Estados Unidos. Yo quiero aportar mi granito de arena, para ayudar a solucionar las dudas que le puedan asaltar a los votantes en estas últimas horas. Todo lo que viene a continuación se resume en dos máximas: Primera, si no lo tienes claro, vota a Obama. Segunda, si no lo tienes claro pero te atrae más la opción McCain, quédate en tu casa (total, tienes el día libre, aprovéchalo para hacer otras cosas que requieren más tu atención).

Si con esto no he logrado convencerte, señalo a continuación 101 razones para votar por el candidato demócrata:

1. Seamos serios, el cargo con mayor responsabilidad del planeta lo tiene que ocupar una persona que cuente con experiencia, pero también con energía y con vigor. Una persona que esté en plenas facultades físicas y mentales. Obama tiene 47 años, McCain, 72. Está claro quién no cumple con ese requisito.
2. Obama es el candidato más carismático que ha habido en Estados Unidos desde Kennedy.
3. A los 72 años, un hombre normal se dedica a la familia, a escribir sus memorias o a viajar con el Imserso. Cualquier otra cosa puede ser símbolo de senilidad.
4. La elección de Sarah Palin como su candidata a la vicepresidencia podría denotar que está un poco caduco.
5. Todos los países democráticos quieren que gane Obama.
6. Bin Laden preferiría que ganara Bush, y si no, McCain.
7. Ahmadineyad quiere que la vencedora sea Palin.
8. Obama es afroamericano, como Michael Jordan. Los afroamericanos molan.
9. Y también es negro. En Málaga sería un solo largo, que sirve para mantenerte despierto.
10. La victoria de Obama devolvería a Estados Unidos gran parte del prestigio que ha perdido su país por culpa de Bush.
11. Si vence McCain, se extenderá la sensación en el mundo de que los americanos están chocheando.
12. El presidente de los Estados Unidos no puede tener el nombre de un paquete de patatas fritas.
13. La música que escucha Obama es mejor que la que escucha McCain.
14. Si le pasara algo a McCain, la persona con más poder del mundo sería Sarah Palin. Sería como darle un lanzallamas a un niño de cuatro años en medio de un centro comercial.
15. Obama acabara con el bulo de Mercadona.
16. Con McCain aumentará el spam de Viagra.
17. Obama es la razón por la que Michael Phelps ganó ocho medallas en Pekín.
18. Obama es más fácil de pronunciar en todos los idiomas que McCain.
19. Obama nació en Honolulú (Hawaii). Por allí se rueda Lost.
20. McCain nació en Coco Solo (en la zona del canal de Panamá). Por allí se graba Prison Break.
21. El candidato demócrata tiene familia en Kenia. Tiene hasta una familiar que es inmigrante ilegal. Todo eso le hace verdadero conocedor de la multiculturalidad de los Estados Unidos.
22. McCain fue héroe en la Guerra del Vietnam, y eso mola bastante, pero también sabemos que, desde Rambo a Apocalipsis Now, todos los héroes de Vietnam están «sonados». Un tío que está regular de la olla no puede gobernar Estados Unidos.
23. Lewis Hamilton ha sido el primer afroamericano en ganar el Mundial de Fórmula 1. Ahora Obama tiene que ser el primer negro en llegar a la presidencia de USA.
24. ¿?
25. Obama ha sido el único capaz de derrotar a Hillary Clinton.
26. McCain no habría podido ni con la Lewinsky.
27. A McCain sólo le apoyan los farsantes como Joe «el fontanero».
28. Bruce Springteen quiere que gane Obama.
29. Pedro J. Ramírez quiere que el vencedor sea McCain.
30. Esperanza Aguirre todavía no se ha enterado de que hay elecciones en los Estados Unidos.
31. Si vas por la calle pensando en Obama, te encuentras un billete en el suelo.
32. Si fueras pensando en McCain, pisarías una mierda de perro.
33. Si fueras pensando en Sarah Palin, es que eres un/a enfermo/a.
34. Jesucristo votaría a Obama, seguro.
35. Cuando McCain nació, en Alemania gobernaba el «Furias», el tío del bigote hortera, que era muy cabrón, muy cabrón.
36. En Alemania mandaba el gran estadista Konrad Adenauer cuando Obama vino al mundo.
37. McCain vino al mundo un 29 de agosto, como Michael Jackson. No te puedes fiar de un tío que haya nacido en esa fecha.
38. Pocoyo vota por Obama.
39. La victoria de Obama es joder a los neonazis, ¡yuju!
40. El triunfo de McCain es jodernos al resto.
41. Si te pones a medianoche con una vela encendida, frente a un espejo, y pronuncia siete veces «Sarah Palin» te entra diarrea.
42. Si haces lo mismo, diciendo Barack Obama, duermes plácidamente.
43. El lobo de Caperucita Roja quiere que gane McCain.
44. McCain suspendía siempre las asignaturas de Economía hasta que empezó a copiarse de un chavalito empollón que tenía gafas.
45. El candidato a la vicepresidencia de Obama, Joe Biden, es senador por Delawere y ese estado mola mucho más que Alaska.
46. Alguien que viene de Alaska no puede tener ni puta idea de lo que pasa en el resto de los Estados Unidos. Por eso Palin, siempre está metiendo la pata.
47. Obama habla español. McCain, ni spanglish.
48. Obama sería amigo de Zapatero, el talante. McCain sería amigo de Aznar o «Ansar» (uno de los de la foto de «los tres tontos de las Azores»).
49. Shrek y Fiona quieren que gane el candidato demócrata.
50. Cuando McCain va a Nueva York, siempre hace mal tiempo.
51. La Casa Blanca se pintó de ese color para que contrastara con el color de piel de Obama, lo saben hasta los perros chicos que eso se hizo así ya con esa intención.
52. Las crisis son épocas de oportunidades. Oportunidad=Obama. McCain=Crisis*Crisis. Las matemáticas no fallan.
53. Si gana McCain veremos como se populariza la música country, ¡oh, noooooo!
54. Con la victoria de Obama, se apostará por el enriquecimiento y la diversidad musical.
55. Si vence McCain, nunca sabremos que pasó realmente con los personajes de Lost.
56. Y seguirá habiendo más temporadas de Prison Break.
57. Y de Heroes. ¡Aaaaaaaah!
58. En la política internacional también se puede emplear el diálogo. Este hecho es un gran misterio para los candidatos republicanos.
59. Obama no es ni socialista ni comunista, como nos pretenden señalar los republicanos. En verdad, en Norteamérica esos conceptos nunca se han llevado a la práctica por lo que es imposible que nadie lo sea.
60. McCain sólo va a favorecer a los ricos mientras pueda. Cuando la crisis le supera, que cada perro se lama su cipote.
61. Obama buscará restablecer el equilibrio de una economía en recesión buscando el interés común y general.
62. Si eso no ocurre, lo descambiamos.
63. El cambio climático que tanto despreocupa a Aznar, irá a peor con McCain.
64. Para Paris Hilton todos las noches serán Nochevieja, tanto con Obama como con McCain.
65. Obama es inspiración: una victoria suya supondría el resurgir en muchos ámbitos del arte y la cultura.
66. McCain es más de los mismo: más novelas de Dan Brown unas iguales a otros, de Danielle Steel y de Ana Rosa Quintana.
67. Si gana Obama, Christina Aguilera posará para Playboy.
68. Si el que gana es McCain, la que pose será Cher.
69. La elección de Palin por McCain, a estas alturas, es muy sospechosa.
70. Obama significa darle una patada en el culo a casi todo lo que Bush hizo.
71. Obama juega al baloncesto, y eso también mola mucho.
72. McCain juega a los trenecitos, que es más relajado y no mola tanto.
73. A Homer Simpson no le van a dejar votar por Obama. Cumple tú sus deseos.
74. Si gana el candidato demócrata, el índice de criminalidad bajará en Washington.
75. Si la victoria es del candidato republicano, aumentará el número de granjas y establos en la nación americana.
76. Si gana Obama, Microsoft sacará un sistema operativo que funcione.
77. La victoria de McCain significaría seguir con el Windows Vista o con algo peor (si es eso posible).
78. Claire Fisher (Six Feet Under) ha votado ya por Obama.
79. Si vence Obama y lo hiciera mal, siempre podrías comentar: «si ya lo decía yo…».
80. Si el ganador es McCain y lo hace mal lo único que podrás decir: «si es que soy gilipollas…».
81. McCain aprendió el Lado Oscuro de la Fuerza de la mano del Emperador.
82. Obama fue un súbdito leal de Obi-Wan Kenobi.
83. Obama te puede «hacer una oferta que no podrás rechazar».
84. McCain simplemente puede suplicar tu voto.
85. McCain ha visto estallar una bomba nuclear.
86. Los amigos de Obama molan.
87. La gente de la que se rodea McCain son, en su mayoría, unos hijos de su madre.
88. Cuando vayas a votar sólo tienes dos candidatos, si eliges a McCain puede que cuando salgas de la cabina electoral te entren vómitos y mareos. Piensa bien la elección.
89. La persona que vote por Obama saldrá con el pecho henchido, con la seguridad que da el saber que se ha obrado correctamente.
90. A McCain lo maneja Chuck Norris.
91. McCain es gafe: la primera vez que fue a ver un partido de baloncesto, los Estados Unidos perdieron contra Puerto Rico.
92. El combinado olímpico de baloncesto estadounidense le vetó la visita a sus partidos y sí se lo permitió a Obama, gracias al cual lograron ganar el oro olímpico (pues Obama había confundido a los árbitros en lo concerniente a la reglamentación de los pasos). Así, con el apoyo de Obama, vencieron a España en la final.
93. Raúl empezó a marcar goles con el Real Madrid, tras una larga sequía, cuando se enteró de que Obama era el candidato de los demócratas.
94. Para que España ganara algo en fútbol, Obama ha tenido que ser candidato a la Casa Blanca. Si sale presidente, España gana la Copa del Mundo (¿no querréis que la gane Argentina, Italia o Brasil, que son unos cansinos?).
95. Un aeropuerto en Nueva York llamado Barack Obama sería un bonito nombre.
96. Que un negro sea presidente de los Estados Unidos es un gran paso para que un latino sea presidente americano.
97. Si Manhattan vota a Obama, todo el mundo a hacer lo mismo: es la referencia.
98. A todos los inmigrantes, ¿de verdad creéis que vais a estar mejor con McCain?
99. A todos los indecisos: a quien más quien menos le gusta subirse al carro del ganador de vez en cuando, así que no desperdicies esta oportunidad, vota a Obama y celebra la fiesta. Va a ser un día glorioso.
100. Obama puede ser uno de los tres mejores presidentes de la historia de los Estados Unidos.
101. McCain es amigo de George W. Bush.

Espero que no haya quedado ninguna duda. ¡Vota a Obama!